Técnica de la pintura rupestre
Las cuevas son totalmente subterráneas y, por lo tanto, están en permanente oscuridad. Los arqueólogos han descubierto que los artistas pintaban con la ayuda de pequeñas lámparas de piedra llenas de grasa animal o tuétano. Los diseños iniciales se grababan en la roca blanda, o bien se soplaban en la pared finas líneas de pintura con una caña hueca. Para conseguir pinturas coloreadas, los artistas utilizaban el ocre, un mineral natural que machacaban hasta convertirlo en polvo y con el que podían conseguir pigmentos rojos, marrones y amarillos; el negro probablemente lo obtenían a partir de carbón machacado. Los pigmentos en polvo se restregaban por la pared con las manos o se mezclaban con alguna sustancia aglutinante, como por ejemplo la grasa animal; después se aplicaban con cañas o con pinceles de cerda. Los medios eran simples; sin embargo, el efecto es abrumador, especialmente en el sobrecogedor silencio de la cueva.
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